27 de Febrero de 2013
A las 20:00 h.
Pub Dubliners
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Plza. Moyua,6 Bilbao (metro Moyua)
JAVIER ARNAIZ
Nací a la poesía casi en la infancia y durante mis escasos estudios de bachillerato la fui abandonando debido tal vez a la dureza con la que se enseñaba en aquellos tiempos.
Ya en el año 78 del siglo pasado entré a formar parte del grupo “Poetas por su pueblo”. Poníamos los sábados en la Gran Vía de Bilbao poemas anónimos escritos sobre cartulinas y editábamos una especie de Fancine poético que llamábamos “Yambo” y que fue el germen de la revista Zurgai, que aún está entre nosotros. Con ellos comencé a entender lo que era realmente el sentido de la poesía y aun así continué rompiendo renglones hasta que por diferentes causas dejé de hacerlo y me dediqué a otras disciplinas.
En estos momentos formo parte del grupo “Noches Poéticas” de Bilbao con el que vamos intentando que la poesía libre se lea en la calle, libre y abiertamente, y dentro de los bares, en los que mucha gente pasa mucho tiempo, la damos a conocer y la ponemos mezclada con música, teatro y otras disciplinas culturales.
También formo parte de la “Plataforma 29 de junio” con la que intentamos mantener la memoria del poeta bilbaíno, Blas de Otero, con diferentes acciones, a la vez que pedimos la publicación de su obra completa y de una biografía veraz a los más de treinta años de su fallecimiento.
Tengo publicados algunos poemas en la antología Amanecer Solitario y en la revista de poesía Zurgai de Bilbao, También en la revista Sayenco de Temuco (Chile) y un cuento Titulado “Fiesta en el Bosque o Ricardo y Elena Aprenden a Soñar”.
VEINTICINCO SEGUNDOS
No es cuestión de sentirse ausente y sólo.
Tampoco es necesario dar la vida.
Solo es ser una parte de la fuerza
que cercene la cuerda que nos ata
al poder que nos viola en nuestras vidas.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
y la vida, si no ponemos fuerza,
se la apropian los hombres codiciosos
los que habitan en casas sin colores
los que rompen silencios y palabras
con sus truenos de miedo y arrogancia.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
y la música sigue con sus notas
confusas. Y las bolsas se desploman
con la orquesta y el mercado cae a plomo
a un abismo insondable de miseria
que es lucro de opulentos millonarios.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
Y los pobres son pobres olvidados
víctimas sin empresa ni salario
que encabezan las listas del desahucio .
Los bancos, dan la espalda a estos vencidos,
regados con dinero del estado.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
y ¿los obreros?. ¿Dónde está el obrero?.
Dentro del miedo y la desesperanza
con su mirada rota de sollozos,
con sus manos calladas. Sin palabras.
Oscurecido el sol que alimentaba.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
El tiempo pasa ante estos seres tristes.
Caminan por las calles deprimidos
negados del placer y la aventura,
ansían la pasión de aquellos años
de la luz, del amor y la alegría.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
...un niño que no cupo en nuestras vidas.
Tampoco es necesario dar la vida.
Solo es ser una parte de la fuerza
que cercene la cuerda que nos ata
al poder que nos viola en nuestras vidas.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
y la vida, si no ponemos fuerza,
se la apropian los hombres codiciosos
los que habitan en casas sin colores
los que rompen silencios y palabras
con sus truenos de miedo y arrogancia.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
y la música sigue con sus notas
confusas. Y las bolsas se desploman
con la orquesta y el mercado cae a plomo
a un abismo insondable de miseria
que es lucro de opulentos millonarios.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
Y los pobres son pobres olvidados
víctimas sin empresa ni salario
que encabezan las listas del desahucio .
Los bancos, dan la espalda a estos vencidos,
regados con dinero del estado.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
y ¿los obreros?. ¿Dónde está el obrero?.
Dentro del miedo y la desesperanza
con su mirada rota de sollozos,
con sus manos calladas. Sin palabras.
Oscurecido el sol que alimentaba.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
El tiempo pasa ante estos seres tristes.
Caminan por las calles deprimidos
negados del placer y la aventura,
ansían la pasión de aquellos años
de la luz, del amor y la alegría.
Ahora. Justo ahora. Ha muerto un niño...
...un niño que no cupo en nuestras vidas.
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