miércoles, 26 de septiembre de 2012

Las noches de LUPI. 11 de Octubre "Mikel Varas"


Mikel Varas. Bilbo 1980. Compagina la escultura con la poesía y la reflexión relacionándolo siempre a cuestiones artísticas, sociales y personales con la única intención de comunicar para vivir.
En sus palabras toca temas sociales directos sin rodeos ni adornos, huyendo del retoque del poema. Su estilo es fugaz, informal, testimonial, antipoético, en ocasiones punzante y concentrado en la búsqueda de la economía del lenguaje. Sin abstenerse de los recursos expresivos del lenguaje del habla. Sus palabras urgen ser escritas, huyen de los ajustes formales. Se advierte preocupación por los aspectos sociales, cierta actitud de rebeldía, un pesimismo lleno de miedos, y dudas que huyen de la realidad. Se manifiesta también en sus poemas un amor a Bilbao desde lo más íntimo y su preocupación por buscar un lugar en él, donde ser y no dejar de ser.
Sus esculturas, son un arte de un ser tremendamente humanizado, son un lleno de luz y a la vez de sombra, un vaciar y llenar con los mínimos recursos, jugando con la gravedad de materiales como el acero inoxidable o la madera. Me atrevería definirlo como poesía espacial en movimiento.
Mikel ha recibido diferentes premios y reconocimientos tanto en escultura como en poesía.Pueden verseusprimeras obras públicas: en la Aldea del Portillo de Busto (Burgos): ”encantapájaros, enredadera, improvisación…” , en la sede de la empresa Tubos Reunidos (Amurrio, Alaba) : “Infinito”, o “Irrintzi en el aire” en la entrada por la autovía a Basauri (Vizcaya).
 Libros públicados: Esculpiendo la palabra (Ed. Beta 2006), Garabatos en el aire, hacia un horizonte circular (Ed. 2009) y Negro contra luz (2012 Auto-edición)


Todo a cien

Entré en un bazar chino y de todo me vendían:
 Planos arrugados para encontrar la risa.
Verdades y mentiras,
lunes y viernes pasados,
retrasados, caducados,
disecados a simple vista.
También se escondía el inicio de una tormenta
con barba de cinco días.
Encontré un villancico que huía de ser poesía
y una poesía que huía de ir a misa.
En el suelo, dos terrones sin hora
y dos horas sin perder, engañar, matar
ni entender el mediodía.
Pregunté por las marionetas y los postes de tensión.
Por el cálculo inacabado del escombro, del geranio y del caracol.
Me enseñaron multas a milagros, almohadas y bostezos
de un paro de cuento
sin bisectriz y sin ángulo concreto.
El recuerdo de un amor que se detuvo
durante un par de  semáforos.
Un adoquín, una garganta seca.
Un tejado y cuatro tejas sueltas.
Grifos de lagos, de mares, de océanos, de manantiales, de ríos…
y más grifos.
Grifos y grifos…
sin agua, sin grifo y sin botellas.
Preguntas y cada vez menos respuestas.
Algún Sol y alguna Luna de tierras amarillas
y verdes pateras.
Ritmos de hierros contra hierros.
Azules, naranjas y violetas
Plumas, dientes y manos
que ordeñan palabras a la ubre de la muerte.
Un montón de cosas sin sentido que se rompen rápido.

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